La esencia de Vietnam

En Vietnam todo es susceptible de ser copiado. En cualquier rincón encuentras una imitación, da igual de qué se trate, ellos ya lo habrán copiado...pero en esta ocasión fueron demasiado lejos.

Bahía de Halong

Vendedora ambulante en medio de la Bahía de Halong.

Angkor Wat

Visitando el edificio principal del recinto de Angkor, al que da nombre. Un edificio majestuoso, bello y lleno de historia.

Annapurna Circuit

Caminando por el Himalaya, rodeando el macizo del Annapurna, encontramos recónditos e increibles paisajes como el valle donde se encuentra el colorido pueblo de Tal.

Himalaya indio

Impresionantes vistas aéreas de los picos nevados de la cordillera del Himalaya en su parte más oriental, al norte de la India, en Ladakh.

1 de octubre de 2012

Encuentros con el Rotary Club

Hoy hemos llegado  a Lang Co, un pueblo muy pequeño situado en la costa central de Vietnam, entre Hue y Danang, en sleeper  bus desde Ninh Binh, vía Hue. Es uno de esos sitios fuera del alcance de la Lonely planet, donde no hay hordas de turistas, lo cual se nota y bastante, pues no hay nada que hacer más que disfrutar de una playa paradisíaca para ti solito, o sea, una auténtica pasada. Lo único malo es que llegar puede resultar complicado. Desde Ninh Binh hemos utilizado nuestro open bus ticket, un billete de autobús que incluye las ciudades más importantes desde Hanoi a Ho Chi Minh City (antigua Saigón) o viceversa, y hemos cambiado de autobús en Hue para llegar hasta Lang Co. El problema es que el autobús nos ha dejado a varios kilómetros de distancia del pueblo, por lo que hemos tenido que cargar con las mochilas y patear más de una hora hasta llegar al pueblo, con el calor abrasador que hacía, hasta encontrar hotel, aunque la jugada nos ha salido bastante bien, habitación triple en un resort de “lujo” por 25 dólares para 3 personas con desayuno incluido (no llega a 8 euros por cabeza). ¡Y con toda una playa para nosotros solos! Después de 2 horas bajo un calor sofocante y un baño reparador, mientras comíamos, en el mismo hotel nos han invitado a una fiesta que se celebraba esa misma noche, ¡qué suerte! Íbamos a asistir a una auténtica fiesta de teenagers vietnamitas. Después de comer, siesta en la playa, bañito en el mar, bañito en la piscina del hotel frente al mar y a disfrutar de la preciosa puesta de sol.
Una vuelta en busca del epicentro del pueblo y un lugar donde cenar, y mira tú por donde acabamos en un restaurante de lugareños donde el simpático dueño, sin saber una palabra de inglés (solo la escueta carta de su local escrita en el idioma de Shakespeare), nos ha deleitado con un arroz y unos noodles exquisitos y cinco cervezas, la cena más barata y más agradable desde que estamos en Vietnam, todo un descubrimiento. Después de tan suculento menú, de vuelta al hotel a ver que nos ofrecía la fiesta a la que nos habían invitado. Nada más llegar, nuestro anfitrión, del que no recuerdo el nombre, nos coloca en una mesa en frente del escenario, nos saca un montón de latas de cerveza y nos trae unos platos de comida. El espectáculo es de lo más folklórico. Un montón de vietnamese teenagers con las hormonas en plena efervescencia, con los que compartimos escenario marcándonos unos dancings recordando tiempos pasados (y no tan pasados) y haciéndonos fotos con los lugareños tras peticiones que podrían parecer de matrimonio, todo ello regado con abundante cerveza, en lo que hasta ahora ha sido nuestra primera borrachera gratuita desde que empezamos el viaje. Realmente lo hemos pasado genial, ha sido un espectáculo increíble, solamente ha faltado el típico karaoke vietnamita, aunque nosotros hemos agradecido que no lo hicieran. Buenas noches, hoy estamos algo “contentos”...jejeje