Circuito del Annapurna. Ngadi-Chamche

Y tras la tormenta la calma. Nos levantamos a las 6:30, con el día claro y…¡sorpresa! Primer pico a la vista. El majestuoso Manaslu (8163 metros) se había levantado para darnos los buenos días. ¡Increíble! Así se le quitan los males a cualquiera. Con la excitación del descubrimiento nos dimos un homenaje con el desayuno, nos pusimos las mochilas encima ¡pobre espalda! Y en marcha.

 

Las primeras dos horas de caminata fueron duras, más largas de lo esperado, pues tuvimos que salvar un desnivel de 420 metros en 4 kilómetros para llegar a Bahundanda (1310 m), el siguiente pueblo. Al llegar, después de una buena ascensión final, nos quitamos las mochilas un momento para hidratarnos y recuperar fuerzas antes de proseguir. Hoy el objetivo era llegar a Chamche, recorriendo 16 km según plano, que resultarían ser 21 km según GPS.
Al abandonar Bahundanda nos esperaba una larga bajada de unos 5 km, que resultaron ser 8 km, que tardamos 2 horas en completar, a medida que pasábamos por lugares con paisajes subtropicales, algo que no esperas encontrar en Nepal, pero sin embargo encuentras por debajo de los 1200 metros, e infinidad de campos de arroz dispuestos en terrazas, que no tienen la misma fama que los que puedes encontrar en China o Vietnam, pero si cabe más espectaculares. En este trayecto, justo antes de llegar a Ghermu, tuve un encuentro con uno de esos bichos asquerosos que se te enganchan para chuparte la sangre. No, no era Rajoy, era una sanguijuela. Afortunadamente noté el mordisco y además íbamos preparados ante un eventual ataque, por lo que echamos mano de la bolsita de sal que llevábamos en un bolsillo de la mochila, Diana aplicó un pellizco de sal sobre el bicho e inmediatamente pegó un brinco como si estuviera poseída por el diablo o por el papa Ratzinger y dejó mi pierna en paz, no sin intentar trepar por la bota de Diana, esta vez sin éxito. Todavía tendríamos un encuentro con otro de estos seres en la habitación del lodge, aunque en esa ocasión no conseguiría mordernos.

Al llegar a Ghermu (1130 m) nos percatamos de que el pueblo está formado por un conjunto de casas dispersas, por lo que el pueblo se prolonga por 2-2,5 kilómetros, que no están contabilizados en el perfil que te facilita la ACAP. Dos horas después de Ghermu llegamos a Jagat (1300 m), donde paramos a reponer fuerzas antes de realizar el último esfuerzo del día y llegar a Chamche (1385 m), nuestro destino final del día. Pero antes de llegar, una “amable” mujer nos indicó que debíamos seguir el camino antiguo, de unos 20 metros de desnivel, tras el cual llegaríamos a Chamche. ¡Maldita la hora que le hicimos caso! Menuda faena nos hizo la jodida. 150 metros de desnivel casi vertical en apenas medio kilómetro de camino, justo lo que nos faltaba para rematar el día, todo ello, claro, para que fuéramos a caer de bruces al hotel que regentaba junto con su marido ¡menuda jeta! Al llegar allí, con las espaldas molidas y cansados, no tuvimos otra opción que quedarnos. Nos ofrecieron alojamiento gratis a cambio de cenar y desayunar allí, ¡cómo si tuviésemos otra opción! Por cierto, la comida bastante cara, aunque el Dal Bhat estaba riquísimo. A pesar de la paliza de los últimos metros, desde el lodge teníamos unas magníficas vistas de una cascada magnífica que saltaba en forma de cola de caballo y que con su sonido ayudaba a apaciguar el estrés y el cansancio del día.

Después de unas partidas de cartas esperando la cena nos dimos un atracón de Dal-bhat (plato típico nepalí a base da arroz (bhat) y sopa de lentejas (dal) que suele ir acompañado de una guarnición (tarkari) que puede ser de verduras, habitualmente, o carne), que nos dejaron repetir y sació con creces nuestro apetito inhumano, y a dormir, que nos habíamos ganado un buen descanso después de 21 km y 800 metros de desnivel y a la mañana siguiente nos esperaba otra larga y dura jornada.