19 de noviembre de 2012

Angkor Wat

                Llegar a Siem Reap fue llegar a nuestro primer lugar de vacaciones desde que iniciáramos el viaje. Digo vacaciones, no me malinterpretéis, porque dejamos por unos días de buscar alojamiento y deshacer el petate cada día y nos dedicamos solamente a disfrutar. Allí nos alojamos en el Motherhome Inn, un hotel de auténtico lujo, que conocimos gracias al blog www.melargodeviaje.com, y aunque algo caro para Camboya (20$/noche), bien mereció la pena. Para empezar, hicimos la reserva vía email sin ningún problema y sin necesidad de dar el número de nuestra tarjeta de crédito, respondiendo nuestros numerosos emails casi al instante. Además nos reservaron el autobús de Phnom Penh a Siem Reap (ida y vuelta) y los respectivos pick-up sin cobrarnos un duro extra. Al llegar al hotel nos recibieron con un cóctel de bienvenida y unas toallas húmedas para limpiarnos las manos. Las habitaciones, después de dos meses de viaje, eran impresionantes. El desayuno buffet era el mejor que habíamos probado (y que probaríamos) en todo el viaje, completísimo. Bollería, fruta, huevos, arroz, fideos, etc. Disponían de alquiler gratuito de bicicletas. Y por si fuera poco, tenía una piscina de puta madre para refrescarte después de pasar todo el día en Angkor Wat. ¡Espectacular! Nosotros habíamos reservado en su otro establecimiento, el Motherhome Guesthouse, menos lujoso, pero lo estaban reformando y nos guardaron la reserva en el Inn manteniéndonos el mismo precio. Funcionan de maravilla. Además, tenían wifi, internet en el lobby y pudiendo imprimir lo que quisieras GRATIS. ¡Una maravilla! Tuvimos que quedarnos una noche más porque el primer día nos cayó el diluvio universal y no pudimos salir del hotel ¡qué pena! En China pagamos más por hostels bastante cutres, y en el resto del viaje nos volvería a suceder, así que mereció mucho la pena.
                Para visitar las ruinas de Angkor Watt existen varias opciones, disponiendo de 3 modalidades de entrada:
                1 día  20 $
                3 días 40 $ (válida durante 1 semana; no es necesario que sean días consecutivos)
                7 días 80 $ (válida durante 1 mes)
                Con el billete tienes derecho a visitar la zona de Angkor (4 km al norte de Siem Reap), la zona de Roluos (13 km al este de Siem Reap) y la zona de Banteay Srei (al norte del complejo de Angkor, a unos 40 km de Siem Reap).
                Nosotros optamos por la de 3 días, pues ver las ruinas en 1 día es totalmente imposible y puede resultar estresante, y 7 días se nos salía del presupuesto. Con 3 días tienes tiempo más que de sobra para visitar el complejo de Angkor Wat y los alrededores, y eso hicimos.
                Es muy importante tener en cuenta que las taquillas para comprar la entrada solamente están en la carretera principal de acceso a Angkor, en la calle Charles De Gaulle, la calle que sale girando a la izquierda en la rotonda que hay justo antes del puente que cruza el río, donde se encuentran los jardines reales. Si vas por otras carreteras tendrás que volver atrás unos cuantos kilómetros hasta encontrar las taquillas, ¡así que andad con ojo!
                En cuanto a la manera de visitarlo, básicamente existen 2 opciones. Alquilar una bicicleta (1-2$ al día las sencillas, tipo Verano Azul, con su cestita; 5-10$ las mountain-bike) o moto (10$ al día + gasolina), o pagar a un conductor de tuk-tuk (15-30$ al día, según lo bien o mal que negocies, hay gente que llega a pagar hasta 45-50$ al día) que te lleva donde tú quieres y te espera a la salida de cada templo. Nosotros, obviamente, optamos por las bicicletas, que además nos salían gratis, las puedes dejar en cualquier lugar a la entrada de los templos sin ningún problema y te dan toda la libertad del mundo, eso sí, siempre que no pinches una rueda, como me sucedió a mí a medio camino del circuito corto, cuando todavía nos quedaba visitar el templo de Angkor, y después de recorrer varios kilómetros con la rueda pinchada, tener el culo atartallado por los botes, acabamos cogiendo un tuk-tuk, que por 4 dólares negociados nos llevó con las bicicletas hasta Angkor, nos esperó y nos llevó después hasta el hotel. Pero pudo ser mucho peor y pudimos disfrutar de ese maravilloso templo.
                Nuestro recorrido fue el siguiente, siempre intentando visitar los templos en sus horas de menor afluencia, gracias al blog de viajesconmochila (www.viajesconmochila.blogstpot.com), un blog genial con un montón de información y consejos, y lo conseguimos.
Día 1 recinto de Angkor Thom: Phnom Bakheng (colina) y Angkor Thom (Bayon, Baphon y alrededores).
Día 2 Circuito largo: Preah Khan, Neak Pean, Ta Som, East Mebon, Pre Rup y añadiendo Banteay Kdei
Día 3 Circuito corto, dejando Angkor Wat para el final: Ta Prom., Thommanom, Chau Say Thevoda y Angkor Wat
Si queréis evitar a las multitudes y visitar los templos con tranquilidad y en silencio, os dejamos algunas recomendaciones acerca de qué lugares evitar según el horario:
-          Angkor Wat: al amanecer y al atardecer. A estas horas está infestado de gente, y por la mañana el sol sale por detrás del templo, dejándolo a contraluz. Las mejores horas son de 2 a 4 de la tarde, donde si tenéis suerte y hay agua (cuando fuimos nosotros los lagos estaban secos) podréis ver el templo reflejado.
-          Puerta sur de Angkor Thom: entre 8 y 10 de la mañana. El resto del día suele estar poco frecuentada.
-          Bayon y Baphuon: entre 8 y 10 de la mañana. Las mejores horas están en torno al mediodía, donde no hay casi nadie.
-          Phnom Bakheng: al atardecer, donde se forman colas de hasta 2 horas para subir a ver la puesta de sol. Por la mañana está absolutamente vacío y tienes una magnífica visión de 360 grados. Cuando fuimos nosotros estaban de reformas, con una grúa gigante a pie del templo un poco molesta.
-          Pre Rup: al atardecer, donde llegan muchos tours. El resto del día se puede visitar a cualquier hora.
                De todos los templos, los que más nos impresionaron fueron el Bayon (donde te sientes vigilado a cada paso por las numerosas caras talladas en la piedra), el Baphuon, que está a continuación (que debió ser espléndido en su apogeo, con su majestuoso pasillo central que lleva al pie del templo) y el Ta Prohn (realmente espectacular por lo exuberante de la naturaleza que intenta engullirlo, haciéndote sentir como un verdadero explorador descubriendo algo que nadie antes ha visto). El Angkor Wat, icono del país y el más conocido, es un templo espectacular, inmenso, pero quizá por haberlo visto antes en numerosas fotografías y ser ya conocido, no nos pareció tan interesante.
                Los días en el complejo de Angkor se hacen largos pedaleando bajo el sol asfixiante, aunque se amenizan con compañía como la de Thobias, un chico alemán con el que ya coincidimos en Dalat (Vietnam) subiendo al monte Lang Biang, y con un picnic a la sombra de cualquiera de los templos. Y para rematar el día, un refrescante chapuzón en la piscina del hotel. Fueron unos días fantásticos y mereció la pena el precio de la entrada, pues los templos son realmente espectaculares y Angkor bien merece la visita para todo aquel que tenga oportunidad. Por otro lado, Siem Reap tiene muy poco (o nada) que ofrecer. Es una ciudad hecha por y para el turismo, con unos precios desorbitados, donde hay que hacer malabarismos para comer barato (aunque siempre están los puestos de la calle y los fideos instantáneos de supermercado) y con un turismo muy masificado y enfocado a la fiesta y la borrachera. Hasta existe una calle llamada Pub Street.

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