Nuestra penúltima parada en Laos la hicimos
en Vang Vieng, pequeña ciudad ribereña famosa por ser un destino turístico de
fiesta, borrachera y especialmente por el tubbing. El tubbing consiste en
alquilar un neumático gigante que se utiliza como flotador y tirarse montado
sobre el mismo río abajo para que te vayan pescando desde los bares de la
orilla y te vayas tajando poco a poco a medida que bajas por el río, una
actividad llamativa y muy peligrosa en la que cada año alguien se deja la vida,
pues no es infrecuente que se mezclen el alcohol y las drogas mientras se hace
tubbing. Es difícil resistirse a la tentación del tubbing, pero nosotros lo
conseguimos.
En Vang Vieng hay más cosas que hacer a parte
del tubbing, y es un buen lugar para practicar btt o senderismo, que es lo que
hicimos. Allí alquilamos unas bicicletas los 2 días que estuvimos, por 30000
kips el día completo (1,2 euros, algo caro para Laos), en el único lugar de la
ciudad donde si tienes un pinchazo no te hacen pagar nada (es curioso, pero en
Vang Vieng, para alquilar una bici tienes que dejar el pasaporte y si tienes un
pinchazo te cobran por arreglarlo en la gran mayoría de sitios, y es más caro
que alquilar la bicicleta). El primer día fuimos a la Blue lagoon, un trayecto de unos 12 km ida hasta un lugar que en
principio prometía mucho y que una vez allí te dabas cuenta que era otro
sacadineros más para los turistas, pues se trataba de un pequeño estanque
artificial en una esplanada a la entrada de unas cuevas, con un árbol en el que
han construido una pequeña pasarela para que los guiris podamos saltar desde
sus ramas a unos 4-5 metros de altura. Nos dimos un baño en su agua gélida y
cansados de tanta hormona teenager y tanto “hippie” de pacotilla cogimos
nuevamente nuestras bicis camino a Vang Vieng a por unas Beer Lao. Al día
siguiente, nuevamente con nuestras bicis, fuimos a ver unas cataratas, y nos lo
pasamos en grande. La catarata principal es un salto de agua de unos 30-40
metros de altura, en un entorno espectacular y donde bañarte en una pequeña
laguna con su cascada sin nadie a tu alrededor, uno de esos lugares que buscas
cuando empiezas cualquier viaje. Disfrutamos muchísimo.
Por lo demás, Vang Vieng es un lugar diseñado
para un turismo de veinteañeros, la fiesta y las drogas, lleno de restaurantes
donde sentarse sobre cojines mientras te bombardean con videos y más videos de Friends o Family Guy, y donde te ofrecen cubalitros (o cachis) de whisky Lao con cola gratuitos para que
entres a cenar y te vayas entonando poco a poco. Y a pesar de lo que habíamos
oído sobre el lugar, una vez allí vimos que no era para tanto y estuvimos la
mar de tranquilos y disfrutando de la naturaleza de Laos.
Ei parella!!! ja no hi ha més historietes?
ResponderEliminarQuè és de vosaltres? Ja cap a Australia?? Espero que tot genial!!! vaig mirant el blog però esta una mica estancat no?
una abraçada!!