19 de noviembre de 2012

Camboya

                En este país apenas pasamos una semana, ya que teníamos el tiempo justo si queríamos visitar Laos antes de ir a Nepal, y lo que más nos interesaba era visitar las ruinas del complejo de Angkor Wat.
                Después de casi un mes en Vietnam la entrada en Camboya nos mostró una realidad bastante distinta, con un país mucho más humilde y una economía más rural y de subsistencia, al que el régimen de los Jemeres Rojos y la actual corrupción han sumido en la pobreza, generando una tendencia creciente a la mendicidad, que se ve fomentada por el aumento del turismo en los últimos años.
                Rápidamente te das cuenta de dos tristes realidades en este país. Primero, de la elevada tasa de desescolarización del país y la consiguiente explotación infantil, pues es más frecuente ver niños mendigando las calles, principalmente en los destinos turísticos por excelencia, que en las escuelas. En eso buena parte de culpa es del turismo, claro. Y segundo, y más triste todavía, el elevado porcentaje de turismo sexual, el cual está muy patente en la capital y Siem Reap, siendo algo escandaloso. ¡Qué asco!

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