5 de noviembre de 2012

En la aldea del Mekong


Ya quedaba poquito que rascar en Vietnam, salvo cruzar la frontera con Camboya en barco a través del río Mekong. Y para deleite de mi buen amigo Ivan, visitando una de sus muy ansiadas aldeas del Mekong.

Abandonamos Ho Chi Minh City en autobús en dirección a Chau Doc, pueblo que sirve de base para cruzar la frontera con Camboya por río. El pueblo no tiene ningún interés, así que poca cosa podemos contar. Después de dar unas cuantas vueltas conseguimos unos billetes de barco-autobús por 10 dólares + los 23 que nos piden por el visado camboyano (los 20 del visado real, 1 para el oficial vietnamita, 1 para el oficial camboyano y 1 de comisión). No hay que pagar más de 20 dólares por el visado. En todas las agencias, hoteles, etc te engañan cuando te dicen que el puesto está muy lejos y hay que ir en moto, ¡MENTIRA! El barco te deja en una plataforma donde está la policía de aduanas. Desde allí hay que ir caminando hasta el puesto fronterizo vietnamita, al que se llega en 10-15 minutos, en donde te ponen el sello de salida (te pedirán 1 dólar de “tasa”, pero si le explicas con calma al oficial que sabes que no debes pagarlo, te sellará el pasaporte sin problemas). Lo mismo pasa en el lado camboyano, pero con calma y paciencia, pagas tus 20 dólares y esperas a que el autobús que habías contratado te lleve hasta el siguiente puesto, en donde te pondrán el sello de entrada a Camboya.

El paseo en barco hasta la frontera con Camboya empezó con una visita a una aldea del Mekong (para intentar vender telas y prendas de ropa) y una piscifactoría flotante, una auténtica turistada que venía incluida en el precio y que te tenías que tragar sí o sí. Tonterías a parte, el viaje en barca por el Mekong fue espectacular y una manera original de cruzar la frontera. Nos hizo un tiempo fantástico y pudimos disfrutar de un paisaje que hasta la fecha no conocíamos, pues jamás había visto un río de semejante calibre.

Una vez cruzada la frontera, nos quedaban 2-3 horas de viaje en una furgoneta hasta la Phnom Penh, la capital de Camboya. Tuvimos la suerte de compartir el viaje con 2 tipos ingleses que habían estado anteriormente en Laos y que parecían muy buena gente, lástima que hablaban terriblemente rápido y no les entendíamos casi nada, acabamos con la cabeza como un bombo del esfuerzo. También tuvimos la “grandísima suerte” de coincidir con un niñato de papá rumano que tenía más tics que Quim Monzó, para el que cada momento de su vida era “amazing” y que hablaba como si le estuvieran metiendo un palo en el culo cada vez que abría la boca. ¡Qué tío más pesado! Lo mejor fue cuando nos preguntó con su estúpida sonrisa sardónica si en España trabajábamos algo o nos pasábamos el día echando la siesta. El inglés simpático se quedó flipando con el niñato de las narices, pero imaginaros nuestra cara. ¿Acaso sabía tremendo payaso la idea que se tiene en nuestro país de los rumanos? Aunque las ganas me corroían, mantuvimos la compostura, fuimos elegantes y no le dijimos nada, no había que ponerse a su altura. Eso sí, después de eso pasamos de su cara y esperamos a llegar a Phnom Penh. Afortunadamente no tardamos mucho.

La furgoneta nos dejó a tomar por culo, y al bajar de ella el resto de guiris huyó en desbandada a negociar el precio del tuk-tuk en grupos de 4 y dejándonos en la estacada a merced de los conductores, aunque nos defendimos bien y conseguimos un buen precio, rebajando los 15 dólares iniciales a tan solo 3. Nuevamente entrábamos en otro país en donde te va la vida en el regateo. ¡Así es Asia!

2 comentarios:

  1. Qué pasa chicos?
    Qué tal os va por Nueva Zelanda??
    Ganas de que empecéis a contarnos historias de ese maravilloso país...
    Qué tal va la furgo??
    Nosotros pronto cruzaremos a India tras mes y medio en Nepal!
    Seguid disfrutando y contándonos!!
    Un abrazo grande!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas,

      Por Nueva Zelanda nos va genial una vez adaptados a los precios abusivos de este país y a buscar un lugar donde dormir gratis cada noche. Ya llevamos 2 semanas rulando con la furgo y aún no hemos pisado un camping. Esperamos seguir así, que nos ahorramos una pasta, y mientras la nevera siga funcionando....ya sabéis.

      Pasadlo bien por la India y cuidadín con los camellos, no los cabreéis demasiado que tienen mala baba.

      Os mandaremos fotos desde la Tierra Media. ¡Nos sentimos como Hobbits!

      ¡Un abrazo!

      Eliminar